La obesidad es un factor de riesgo y a la vez una enfermedad. La OMS define la obesidad como una acumulación anormal o excesiva de grasa, que puede ser perjudicial para la salud. Por lo general se manifiesta en un exceso de peso en relación a la estatura.
Es factor de riesgo de múltiples enfermedades. Asimismo, es considerada con mayor consenso de la sociedad científica una enfermedad primaria.
Más que un problema de estereotipos y de apariencia personal, la obesidad es un problema de salud que cada vez se hace más crónico y crece a pasos agigantados ante la indiferencia de la sociedad y de sus gobernantes.
Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, el exceso de morbilidad y mortandad asociado con la obesidad se relaciona con las siguientes enfermedades:
- Enfermedad coronaria.
- Hipertensión.
- Accidente cerebrovascular.
- Diabetes Tipo 2.
- Ciertos tipos de cáncer (endometrial, mamario y colónico).
- Trastornos del hígado y la vesícula biliar.
- Artrosis.
- Apnea del sueño y trastornos respiratorios.
- Otros.
8 de cada 10 peruanos fallecidos por COVID-19 se encontraban con Obesidad
En diversos estudios observacionales realizados en pacientes con coronavirus en todo el mundo, se encontró que la obesidad incrementan de dos tres veces el riesgo de sufrir un cuadro grave y morir por el COVID-19, siendo la obesidad, después de la edad, el factor que más eleva el riesgo de mortandad de esta enfermedad.
En el Perú el 85.5% de los pacientes fallecidos por coronavirus en lo que va de la pandemia padecía de obesidad, según el reporte del Sistema Informático Nacional de Defunciones (SINADEF), alertaron especialistas del Ministerio de Salud (MINSA).
El propio Gobierno peruano, según la Resolución Ministerial, ha informado que todas las personas que tengan obesidad o un Índice de Masa Corporal (IMC) superior a 30, tienen más problemas si se contagian del coronavirus y el porcentaje de mortalidad es mayor.
Si bien es cierto hay factores genéticos u hormonales que predisponen a la obesidad, son principalmente los hábitos y el entorno obesogénico las principales causas de la misma.
¿Qué es entorno Obesogénico?
El entorno obesogénico es el ambiente, es decir lo que nos rodea, que favorece el desarrollo de la obesidad o estimula hábitos que nos conducen a ella.
Por ejemplo, un niño que crece en una familia que no realiza actividad física; que pasa muchas horas frente a un dispositivo móvil, que se alimenta con comida rápida de manera frecuente. Ese niño se está criando en un entorno obesogénico.
Otro ejemplo, una familia que forma parte de una sociedad, donde más del 50% de publicidad corresponde a alimentos procesados, donde la tecnología impulsa la inmediatez, el logro de resultados con el mínimo esfuerzo y el sedentarismo. Donde el poder del mercado fácilmente condiciona las decisiones y omisiones políticas. Esta familia está rodeada de un entorno obesogénico.
En resumen un entorno obesogénico es todo ambiente que estimule que nos alimentemos peor, que nos movamos cada vez menos, que elevemos nuestros niveles de stress y por ende que nuestra salud cada vez esté más deteriorada.
El mundo actual es un entorno obesogénico y el COVID-19 es su agente multiplicador, como lo comprobarás mientras sigas leyendo.
Por ejemplo en nuestro país en los últimos 10 años desde el 2008 al 2018 el % de niños con obesidad se ha triplicado según datos del Observatorio de Nutrición y el Estudio de Sobrepeso y Obesidad.
A casi medio año de confinamiento ¿A cuánto se habrán elevado estas cifras? ¿Te has hecho esta pregunta?
¿Cómo el COVID-19 afecta el entorno Obesogénico?
Una de las consecuencias de la pandemia es que nos ha trasladado de manera acelerada al nuevo modelo de sociedad que ya se venía configurando, ha acelerado esa transición
Este nuevo modelo de sociedad gira en torno al internet y está orientado a que todo llegue a ti sin la necesidad de que te traslades o mejor dicho de que salgas de tu prisión dorada: tu casa. Es así como:
- El trabajo presencial es reemplazado por el teletrabajo.
- El día de compras es reemplazado por el comercio digital y el Delivery. Todo artículo incluso alimentos y productos de primera necesidad llegan hasta la puerta de tu casa.
- La educación en todos sus niveles llega al alumno desde cualquier lugar, sin la necesidad de que este tenga que acudir al centro educativo.
- Vemos a nuestros artistas favoritos en vivo, sentados desde la comodidad de nuestro hogar.
- Incluso hasta las reuniones familiares se realizan en modo virtual.
Todo ello facilita la vida del individuo pero a costa de un sedentarismo y un individualismo nunca antes visto e imparable.
El COVID-19 es un agente multiplicador del entorno Obesogénico. ¿Ahora lo crees?
¿Cómo enfrentarnos a un Entorno Obesogénico?
Con una actitud ante la vida que convierta las amenazas en oportunidades.
A pesar de que la inactividad y el sedentarismo están creciendo de manera vertiginosa; una de las ventajas del confinamiento es que la racionalización de nuestros recursos nos ayuda a redescubrir lo económico y nutritivo que puede ser la alimentación en casa.
Así mismo la necesidad de fortalecer nuestro sistema inmunológico estimula la búsqueda de información sobre alimentación saludable.
Por otro lado ante la imposibilidad de acudir a los gimnasios, centros de entrenamiento o espacios públicos; muchas personas han comenzado a entrenar en casa, descubriendo la inmensa oferta de entrenamiento que existía en las redes. Esto acerca no solo al usuario fitness sino a la población en general a los dos pilares de la salud preventiva.
- La alimentación saludable.
- La actividad física habitual.
Y lo mejor de todo ello es que lo puedes compartir con toda la familia.
Ante el nuevo modelo que se avecina, hoy más que nunca resuenan las palabras de Viktor Frankl:
“La última de las libertades humanas es elegir nuestra propia actitud ante cualquier circunstancia”.